Extractivismo y la cuarta guerra mundial contra los pueblos

En el marco del Seminario Internacional “Análisis y alternativas a la dependencia y el extractivismo en el marco de la crisis económica mundial”,[1]  el periodista e investigador   uruguayo,  Raúl Zibechi, expuso una ponencia sobre el modelo extractivo en América Latina, las siete características de éste, así como elementos para pensar las salidas a dicho modelo

La violencia que en estos últimos años, se ha generalizado en América Latina contra defensores comunitarios, ambientalistas, comunidades indígenas, pueblos campesinos, organizaciones rurales y urbanas;  refleja un brutal proceso de expansión capitalista, a través de la presencia de empresas transnacionales y nacionales, con el impulso y participación de diferentes gobiernos “progresistas”, y de los que son abiertamente de derecha.

Dicha presencia viene desplegándose en varios ámbitos, sobre todo en los de la construcción de mega proyectos (hidroeléctricas, carreteras y obras como la del canal de Nicaragua,);  la exploración–explotación minera e hidrocarburífera; y, como sucede en Brasil y Bolivia, en proyectos que usan tecnología nuclear (en medicina y energía); en un horizonte general trazado por economías extractivas.

Este horizonte capitalista y sus consecuencias, hace necesaria la continuación de un debate sobre esto.

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De Kaos en la red (http://kaosenlared.net/wp-content/uploads/2015/11/modelo-extractivo.jpg)

En Bolivia, a 16 años de la expulsión de la empresa transnacional Bechtel de Cochabamba y la victoria popular sobre la ley que privatizaba el agua, se han evidenciado varios conflictos, sobre todo en estos últimos 10 años: la expansión y profundización del modelo de economía extractiva que depende básicamente de materias primas; el avance de mega proyectos sobre la amazonia y otros espacios (carreteras, represas entre varias); la deforestación creciente; el crecimiento de la monoproducción, y, en el caso de la soya, el uso de semillas transgénicas. Todo esto ha venido acompañado de estrategias políticas estatales y empresariales, de división, por decir lo menos,  dentro de las comunidades que viven los efectos directos de estos proyectos; y la alianza gubernamental con poderosos sectores agroindustriales.

Raúl Zibechi ofreció algunos elementos,  a través de las experiencias en México y otros países,  sobre el extractivismo y posibles alternativas, con puntos concretos de debate que rescatamos, porque es necesario ir más allá de las actuales crisis y peleas partidarias, de las posibles candidaturas de los “presidenciables”, y etc., abordando temas vitales de resistencia, lucha y transformación.

 

El extractivismo es mucho más que un fenómeno económico

 Aunque la compresión sobre el extractivismo, aún es incompleta y progresiva,  afirma el periodista e investigador, puede decirse que éste, es parte del modo financiero del capitalismo. No se trata de un fenómeno de carácter exclusivamente económico, sino  de un modelo, (o modelos),  de sociedad, sobre la base de procesos  de recolonización, despojo. La forma de una reactualizada guerra contra los pueblos, como han dicho ya las comunidades zapatistas en México:

RAUL ZIBECHI: El modelo extractivo es algo más que una economía, yo creo que el modelo extractivo es un modelo de sociedad, de recolonización de nuestras sociedades y de aspectos fundamentales de ellas, creo que el extractivismo incluye, como bien dice Harvey, acumulación por desposesión, o sea la acumulación por despojo, por robo, es parte del modelo, pero creo que es insuficiente. El zapatismo (…) define este periodo actual como cuarta guerra mundial que se caracteriza, o la caracterizan ellos, como una guerra de los de arriba, de las multinacionales contra los pueblos, y lo dicen de esta manera: hoy los pueblos son el obstáculo para la acumulación del capital

Lo que llama la atención, nos dice, es que este tipo de modelo haya sido impulsado sobre todo por los gobiernos que se autodenominan “progresistas”.

Es en este sentido, que el extractivismo ha creado una “cultura política extractiva”, por un lado, es asumida en todo el aparato estatal,-produciendo una relación entre extractivismo y corrupción-; y, por otro, que ha impulsado exponencialmente el consumismo en ámbitos de la sociedad civil. Es decir, apunta como ejemplo, los bonos sociales que salen de los excedentes petroleros, fueron utilizados para comprar productos como televisores, etc., lo que no significó un cambio estructural,  por decirlo así, de la pobreza.

A partir de estas reflexiones,  Zibechi expuso siete características del modelo extractivista:

  1. La ocupación masiva de territorios, con la explotación minera o hidrocarburífera, por ejemplo.
  2. Se establecen relaciones asimétricas entre las grandes empresas transnacionales y los estados y las poblaciones, los estados eligen de qué lado se colocan.
  3. Genera economías de enclave como en la colonia.
  4. Se dan intervenciones políticas potentes de las empresas, aliadas con los estados en muchos casos, que consiguen modificar las legislaciones o pasar por encima de ellas, cooptando municipios, comunidades, etc., en lxs que se establecen.
  5. Es un ataque enorme a la agricultura familiar y a la soberanía alimentaria.
  6. Conlleva la militarización de los territorios ocupados.
  7. Es, entonces, un actor total, económico, político, social y cultural.

 

Elementos para pensar la lucha y las salidas extractivismo

Zibechi pone en debate en esta parte por lo menos dos cosas al momento de pensar una lucha contra el modelo extractivo:

  1. El extractivismo implica la profundización e incremento del consumismo, entonces no es un fenómeno rural solamente, como se piensa muchas veces, sino también urbano
  2. En esa medida el extractivismo es un modelo societal, las alternativas no pasan únicamente por pensar lo económico, sino por una lucha en todos los ámbitos (políticos, culturales, etc.,). Por eso, cambiar modos de vida y consumo, son grandes retos a asumir.

Por eso mismo, la industria, la industrialización no es una alternativa para salir del extractivismo, un punto para el debate sobre todo en Bolivia, donde una exigencia central popular (del 2000 al 2015),  era,  -y aún es-,  la industrialización.

En última instancia, finaliza, esta lucha es una lucha contra el capitalismo, su división de clases, el estado, lo cual requiere pensar y asumir momentos de crisis,  más allá de los  marcos del estado-nación.

ESCUCHA LA PONENCIA DE RAUL ZIBECHI SOBRE EXTRACTIVISMO AQUÍ:

 

NOTAS

[1]  Seminario organizado por el CEDLA, el CIDES UMSA, la UMSA y la Cátedra Marcelo Quiroga Santa Cruz; y realizado en el Paraninfo Universitario de la UMSA, La Paz,  el 16-2-2016.

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